OLIVA
Aquí unos versos del poeta Carlos Oliva. Poeta trágico. Se empeñó inútilmente en crearse una leyenda, pero no descuido el escribir algunos de los mejores poemas de los noventa. (Wilver Moreno Tineo)
CABALLO DEL CREPÚSCULO
A Paolo de Lima
Ninguna luz me conmueve. El firmamento no es sino
el callejón sin salida de mi verso en las tardes
en las que, a veces, crepúsculos mitológicos
y resplandecientes provocan peligros supremos: Sueños
suspendidos en un halo de luz sobre el abismo.
Botellas derramando esencias fosferecentes.
Todo es rojo nuevamente. Como si me desplazara
en la antesala de un infierno sin salida.
Círculos de fuego de velas encendidas.
Génesis de estrellas ante mis ojos
Que como estanques reflejan brillos
Indescifrables. Tiempo.
Tiempo.
Luego el largo silencio. Las paredes desnudas.
Desesperación. Ansiedad. Caos.
Y pasión y deseo.
Nada es controlable ni delimitable cuando me pierdo
entre las galerías malditas de una ciudad
que descubro cada tarde y entonces
corro como el viento
Aquí unos versos del poeta Carlos Oliva. Poeta trágico. Se empeñó inútilmente en crearse una leyenda, pero no descuido el escribir algunos de los mejores poemas de los noventa. (Wilver Moreno Tineo)
CABALLO DEL CREPÚSCULO
A Paolo de Lima
Ninguna luz me conmueve. El firmamento no es sino
el callejón sin salida de mi verso en las tardes
en las que, a veces, crepúsculos mitológicos
y resplandecientes provocan peligros supremos: Sueños
suspendidos en un halo de luz sobre el abismo.
Botellas derramando esencias fosferecentes.
Todo es rojo nuevamente. Como si me desplazara
en la antesala de un infierno sin salida.
Círculos de fuego de velas encendidas.
Génesis de estrellas ante mis ojos
Que como estanques reflejan brillos
Indescifrables. Tiempo.
Tiempo.
Luego el largo silencio. Las paredes desnudas.
Desesperación. Ansiedad. Caos.
Y pasión y deseo.
Nada es controlable ni delimitable cuando me pierdo
entre las galerías malditas de una ciudad
que descubro cada tarde y entonces
corro como el viento
Caballo de un crepúsculo desbocado
bajo mis luces y las otras que no brillan
como una botella de cognac entre mis manos
alejándome del mundanal silencio de los retóricos.
bajo mis luces y las otras que no brillan
como una botella de cognac entre mis manos
alejándome del mundanal silencio de los retóricos.
2 comentarios:
genial...si tan sòlo tuviera el libro...
d.
el libro es un ...incunable... yo lo tengo me costo 1.50 c.m con rebaja...por cierto.. Carlitos fue un gran lector... yo lo conocí era más alto que yo y bien entusiata...en estos momentos se me adormece el corazón...yo tengo tiepados todos sus poemas....
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