4/04/2007



Verástegui por Pancorvo. Texto del poeta José Pancorvo leído en la presentación “Yachay Hanay” libro de Enrique Verástegui, en el Centro Cultural España:

El arte de Verástegui

Está el Verástegui del Werther. Está el Verástegui del Fausto y de otros veinte libros publicados. Está el de decenas de libros inéditos. Sigue viniendo Verástegui.
De las seis mil páginas de Geothe, la parte que causó mayor sensación fue “En los Extramuros del Mundo”. Goethe se quejaba de sus obras de mayor vuelo, como “Ética” y “El Modelo del Teorema”, no eran debidamente apreciadas.
Está el Verástegui de la brillante obra juvenil que sigue siendo la más popular. Está el Verástegui que sube a un vuelo mucho mayor pero de pronto se ve incomprendido y solitario en su espiral ascensional. Su alta mente de gran poeta ha encontrado horizontes realmente sublimes en la confluencia de la intuición filosófica con la matemática y la poética. Como casi todos estamos inmersos en el empirismo y en el racionalismo que nos enseñan en el colegio y en los medios, pensamos que es una divagación.
Todo lo contrario. Las referidas instituciones poético-metafísico-matemáticas de Verástegui son saetas dirigidas al meollo de la realidad. A lo que está atrás del aparente caos móvil, aparentemente post-ético, aparentemente insoluble, del mundo actual. Y Verástegui viene con sus intuiciones a rescatar la visión de las realidades mayores, haciendo geniales aportes de conocimiento.
No dudo en afirmar que la intuición de Verástegui es más directa que la de Geothe. La última estrofa de Fausto, que comienza con el famoso: “Todo lo perecedero no es sino un símbolo”, es el punto de partida del autor de “Yachay Hanay” y de “El Modelo del Teorema”. Para reforzar mi teoría debo decir que Geothe representa una cumbre de las Letras alemanas y del pueblo alemán. Verástegui es un peruano, es decir, –y poniendo aparte los complejos de inferioridad–, del país del Imperio y Virreinato más grandes, pero a su sangre cañetana y del valle del Mantaro se añade un 25% de chino, siendo su línea paterna, de sangre vasca, la cual parece viene de la Atlántida. Es decir, ello le da mil percepciones orientales y andinas, mil sentidos de ritmo y de la fuerza natural.
Debemos pues, sin prejuicios racionalistas escolares, sin superficialidad, disfrutar de estás altas intuiciones, comprender, a través de esta plaqueta sacada del libro Albus, la gran alma de este poeta muy incomprendido, y situarnos a nosotros mismos en una realidad superior, ¿qué mejor se puede pedir?, tesoros inmensos que nadie nos puede robar ni expropiar. Ha venido Verástegui a obsequiarnos riquísimas visiones. Envueltos en la magia de Ventana de Medusa.
Para dirigirnos a Verástegui a propósito de “Yachay Hanay” podríamos usar las palabras que usa el personaje llamado Pater Profundis en el último acto de Fausto: “Da agudeza a mi pensamiento, alumbra mi indigente corazón”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

PAncorvo es demasiado culto para presentar una muestra poética Yachay Hanay de Verástegui. Hay que recalcar que Yachay hanay es parte de Albus IV de Verástegui.
Bueno saludo a la edición Ventana de Medusa. Y al club

Anónimo dijo...

el poeta pancorvo es un amante de la poesía y reflexivo ene sus apreciaciones. Un valor literario es verastegui

bien por ellos