12/31/2007

HALONZO POLI (DEL EX FÈLIX MÈNDEZ)


VARÌOS


Manual de esperas
Poli. Honda luz que el hueso cuece
Adalid de nervios
Clavos, titanio y hierro
Fe de espectros
Rito oral del virus
Compulsión y quietud
Piedra de carne
¿Marioneta o ventrílocuo?
Llueve la angustia la pena y la murria
La sed crea y crea y tú croas
Poli. Honda luz que los huesos cuecen

Varieté de afectos
Secunda y revierte el relato
Huesos. Engulle la luna cual algodón
Sus piernas cuchillos. Cortan sus muslos
Su vientre y sus muslos. Tibia. Peros de la necedad
Eyectada el alba paz. Pez con púas y con pies
Dicen que dios lo ocultó entre sus manos. Dicen que dios eyaculó entre sus membranas
Ajó el papel
Crac, crac, crac
Poli. Hasta que una mañana voló de por sí. Brasas
Sólo en tus brazos
Desnuda la pena la engulle el pez
Plato de silbidos. Pez con púas y pies. Halo.


CABECITAS ROJAS


Se balancea. Equilibrista de sombras
Tic, tic, tic, tic. Sus manos junto a su hocico
Escarabajo con bastón y esfera de cartón
El reloj más lento. Paz a cada paso. Libra y su sombra se adelanta
Lo ve. Acaricia al niño que la virgen de yeso atesora en su regazo
Como un delfín al andar. Anudar palitos de fósforo a sus piernas
Sobre ella desnuda, camina resonando su balanza de carne. Lo ve
De cabeza de pies y mano. Pianista sobre el agua. Gula de su carne
Abre tierno sus labios. Cae una pierna, caen dos. Cede la piel y el metal
Olla dormida. Torre despierta y asida al cielo. Tan delgadas como junquillos
Pueril de espantos. Ojos inmensos cual caparazones. Arnés de miedos
Lo ve. Al menor movimiento el siguiente crujido. Tac, tac, tac, tac.
Tambor de ensueños. Discurre tinta azul entre sus nervios
Chorrea bizarro para que un pez de tierra se bambolee ahí
Alguna vez lo ocultaron en un baúl. Compuso un aria muda para baúles
Astronauta del tapizòn. Bajo su cama hay un cajón donde oculta sus jirones
Tan fácil de odiar. Engulle ladrillos que muele con la mirada
La ira de su ternura mientras fecunda el vacío
Introspección de su valva
Observa las patas de sillas y mesas, las acaricia y las besa
Coge un cuchillo y destripa el pescado
Se introduce en la pecera
Blup, blup, blup. Poltrona de agua. Cien pies de dos pies
Ah, ah, ah, ah. Coge su guitarra y en su lomo esparce su comida
La doncella. La doncella tiene escamas y se dirige hacia su estómago
El corazón no se llena.



CORTACIELOS


Suda la piedra sobre la mesa. Agudeza causada por la occisa
Muñequito que transita por tu cuerpo cual virus. Zurra el crepúsculo su luz inquietante
Con su cabeza molieron los ajos. Desnudo y dormido parece el mapa del Perú
Rimbomba y saltimbanquis

Ayer cocieron su boquita y se la pinto de azul
Se tatuó el pellejo con sus besos. En sus yerros de carne
Amar a las musarañas a la carne y a la hermana. El tutù en el cuarto baño
El inodoro es una maquina de caer poemas. Su cuarto para hacer el amor
Hostiga a los insectos rendido en el suelo. En tu cielo. Un mundo ajeno entres sus callosidades
Levedad y certeza en los matorrales. Dios orina mientras el duerme
Cataplín niñito de cristal

Hoy envuelve un regalo para ti. El disco de la mujer Bonilla Manzana
Monta a su lazarillo vidente. Un perro con relleno de algodón. Al que llama INMÒVIL
Vil cuando le despanzurra y engulle su relleno. El can se desplaza. Danza entre las paredes
Salivita y excitación. Jabón de tocador champú para beber
Al sol y al acordeón de carne

Se escabulle por el pacillo. Al horizonte de zócalos de maderas
Hacia la luz verdosa. Un cuento con ninguna batalla
Se deshace de sus piernas. Abre la ventana
Brisa y garúa del sol. Un pájaro de metal
Expone su alimento, diciendo: Ser de carne y estar muerto
El sol se persigna y lo acoge. Sòl manzana.

MOTOR DE BRIZNAS

Músculos, huesos y metal. Es acariciado por doncellas invisibles y sedientas. Arm
Manual de dudas. Se despelleja para mostrar su cristal gelatinoso.
Anguloso y dispar
A la vera de la desidia. Su noche consta de medio día. La mitad de titanio. Armario de zanahorias
Engulle las nubes para descifrar. Francachela en su rencor. Farfulla en sus pesadillas
Luz que encalla en sus ojos moribundos. Mundo que gira en el cajón
Abunda el tesón en su inamovilidad. Táctil y ebúrneo se apronta a su pubis. Biscuit
Vil y tierno cuando asesina sombras. Barranco, cantil. Candil en su sexo. Cera caliente
Ata a las sirenas que se excitan tras el mar. Cuchillo para cortar el pan de carne
Veintisiete días después nació noviembre. Veintiséis días antes que el día de las brujas. Atenta
Bajo un río de plegarias. Añico de esperanzas en la encrucijada
Abisal. Pez de tierra
Plañido de piedras y cristales. Plumas, frejoles y deyección del demonio. Tornillo y excitación
Libertad de insectos bajo su botín. Eterna vaca flaca
Cuando otea la brisa a la caricia muerta. Tartamudea en el desván ante un murciélago que se masturba colgado
Yerta se sacia sobre su quietud crujiente. En la humareda tras el tren que olvidó encender
Darás el óbolo de tu carne. Hierro. Barroco bajo la podredumbre
Necedad de dudas. Menester sal y sed. Alambres, alfileres, hilos y sedal. Nervios
Porque tiembla la mañana ante su ataúd. Durante una noche que tomo la postura de la letra L
Desataviador de sombras. Trecho y contrapaso. Camioncito de madera donde atesora su saliva
Brega brioso en la penumbra de recuerdos. Quejumbroso sonriente
Enreda el tacón en el tocón. Labios tiesos y humedecidos. Hila la desazón más melodiosa. Viceversa
Mientras piensa que no se apoltrone la razón desasida en su ensoñación
Repta. Se desliza. Cae en la cornisa. Ensaya un paso de baile. Salta breve mientras silba su muerte
Taplum. Talla el viento cual avión jet. Avión de tocador
Dosel de imagines para desaparecer. El clavo siempre es ajeno a su martillo.

RELOJ DE PIERNAS

Extraviado entre los atavíos de una escalera. Conjuros
Sesenta y ocho escalones para llegar a su nido. Ruido de piernas gelatinosas
Deja caer una lágrima sobre la maceta que atesora a san pedro. Cactos de hilos
Doquier de extremidades. La edad más próxima a la muerte. Siempre
Dossier de culpas y contramareas
Trovador de silencios. Anémona. Pulpo y ventosas
Su esternòn es una ventana carnosa donde atollado luce un puñal de algodón
Frente al espejo ve caminar insectos que lo consumen con su respiración
Mariposa herida por su propio vuelo
Posa sus puños sobre los ancas de una yegua que luce petrificada
Para él es difícil morar entre las cornisas. Vespertilio humano
Él camina sobre los relojes con ritmo de ciempiés. Ritmo de danza de lunares
Agasajo de sombras para suvenires
Entre los juguetes que un niño abandona hace el amor con las barbìs luego de acuchillar a Ken.
Quién es mientras teje con sus dedos sobre su nariz pronunciando la palabra metal
Ladera de la vicisitud. La libertad combinada en un hospital. Sumo de huesos
Pez de sangre ámbar. En sus ojos se refleja el rabo del diablo. Bloque de golpes
La rehabilitación de los muertos. Terapia para un muñeco de ventrílocuo
Un dios mecenas y avaro. Roza sus muslos con su lengua astillada. Baba.
Caracol de mil sirenas. Ulula su corazón dentro de una caja musical
Se vuelcan sus ojos sobre el dorso pulido y ensangrentado de una mujer que se torna miel. Hiel azul
Fotografía de la necedad de la pulcritud. Prolijo doctor de nubes y otra vez algodón
Pájaro de buen agüero. Mano blanca. Danzante de alfileres sobre fósiles nebulosos
Radiografia de un espiral. Sujeto a un clavo muerde el martillo más dulce
Onomástico de un guijarro entre valvas. Ogro que luce tierno y cariñoso. Excitación
Canción de hipos y eructos. Grillo con guitarra. Clarinete oyendo tras la pared
En su cerebro giran varias esferas de carne que no es la suya. Comunión entre los muertos
Se escabulle o desliza sobre el fuste de aquella mujer obesa y piensa en la anorexia y en la bulimia de almas
Recolector de cartones de higueras. Ay de ti dios que ahora le guías
Duende megalómano para cleptómanos. Ay de ti virgen que le penetras
Tan pétreo como una nube. Su hijo nacerá de la unión de su semen con la tierra más oscura
Un día le besé porque engullía espinas de rosal. Usa anteojos con pedazos de madera que imitan el vidrio
Latitud de su pena mientras se traga su propio corazón mezclado con cebollas
Morboso secuestra moscas que cubre con frutas para su brazo más torcido acariciar
Vuelo triste del guardián de oasis. Ingobernable
Bacanal de insectos. Hormiga que atesora el recuerdo de un grano de azúcar
Cráter de sus noches. Solo ausculta su ombligo. Halla un insecto que dice sed
Decepción de espectros hacia los humanos. Ha perdido el pulgar del pie y mano derecha
Bomba de tiempo en su corazón
Se arrodilla
Introduce su cabeza en el horno a gas
Consigna de buen agüero
Llueve fuera. Crispa dentro
Traga unos tornillos
Enciende la luz
Y vara sobre la línea azul que con su única lágrima termina de dibujar
Enciende la luz
Desnudo cuelga del dintel
Con un puñal que en su pecho empieza a deshacerse
Llueve su sangre en el sueño que al internarse en sus ojos le despierta
Grama y caligrafía de la depresión
Cae y suena el despertador que una aguja olvidó en el silencio
Buenos días señor hueso de corazón
Ay lof yute.
Su corazón tiene huesos y callos
Que lima a diario con cada canción
Buenos días señor hueso de corazón
Buenos días cuando esta a la venta en un mostrador.
EL EX FÈLIX MÈNDEZ
El ùltimo dìa de 1972 o el uno o el do o el tres o el cuatro o el cinco o el seis o el siete o el ocho o el nueve o el diez o el once o el doce o el trece de 1973, en un volvo beige de 1963 con los asientos reclinados o en el pastito que une la carretera central con la universidad Enrique Guzmán Y Valle, La Cantuta, Godofredo Mèndez Carlos y Joaquin Mèndez Murillo crearon a El Ex Fèlix Mèndez, con suma ternura y poco de venganza por la vida. Crearon ahì, al especialista en aseo de inodoros, seis en un no dìa, 30 en una no semana, 120 en un no mes, 1400 en un no año, y 14 440 en 10 no años de no filantrópica labor, en ello, he podido ordenar, elucubrar, reunir, conjugar, estructurar, desordenar, combinar, mezclar, calibrar, calcar, enhebrar, deshilar, matrizar, casi parir, los siguientes sentimientos oralizables.
(bio/bibliografia de http://urbanotopia.blogspot.com/)

Amórfor por Róger Santiváñez


La aventura neo-barroca del joven poeta peruano Salomón Valderrama brilla por todo lo alto en su breve manojo de poemas titulado Amórfor. Heredero de una tradición cuya cima parece ser Martín Adán, nuestro autor la maneja con osadía y originalidad, ya que no es fácil inmiscuirse en formas clásicas como el soneto, o el cuasi-soneto para el caso que nos ocupa, ya que Valderrama no sólo cumple el mandato de los dos cuartetos & dos tercetos que ordena el canon, sino que –a veces- caprichosamente agrega un verso más a las dos estrofas finales del texto, cuando no se explaya en rimadas secuencias a su gusto particular. El resultado salta a la vista (y a la lectura).

Estamos ante un muy bien configurado universo verbal que despliega sus imágenes en torno a los eternos temas de la poesía. El amor y la muerte. La poesía y el arte y el arte de matarte. La belleza y la rosa, la rosa de la mente. Rosa de teoría –Adán dixit-. Dios, Buda y la religión (en el sentido refinado de religare). El sueño y la vigilia y por ahí los ríos profundos de Arguedas, pero que aquí son ríos prohibidos como el majestuoso Urubamba por ejemplo.

Desde los primeros versos asistimos a una crítica del mundo real desde la posición de la poesía: Elevación, maldición que me contempla / Trastocar en frágiles economías para terminar reivindicando siempre la escritura por más proscrita que ella esté en esta sociedad: Lacra o impura loca del estilo. Por eso la crítica social puede tornarse –a su modo- política: Almorzar belleza incomida y desterrada y levantar una alambicada estructura de lenguaje que pueda defendernos y enfrentarse a la gran ofensa de la realidad: Amental, correr por poesías negativas. / Utópica, tamérica, denti encarcelado; / Etolizar televisor: Color endiosado. / Dolotor del mar grisente de cosas vivas. Como puede notarse, Valderrama se muestra diestro en recoger la maestría barroca y nos la devuelve a través de su propio tono renovada, fresca como una lechuga, fusionando (cual música-barrio) a Manco, Tomás Moro y al Humano (así con H mayúscula).

Pero la impronta vanguardista de esta poesía no se queda allí (Hasta soneto no hereditario no viviera) sino que avanza por intrincadas búsquedas, como la de un cierto nuevo idioma en que están escritos el poema dedicado a Chrystian Zegarra y algunos epígrafes o versos sueltos, suerte de español trastocado que se aproxima al trobar clus o a un lúdico galaico-rimense y que se nos presenta con su respectiva traducción, salvo error u omisión.

Panca dulce esta nueva poesía de Salomón Valderrama está lista para ser degustada en bares donde no se hable de literatura. O como él dice en un terceto: Y mejor, aún, pensar atacar mujer, noche / Disfrutar en las laderas puta, como coche / Cargar ataúd, Cielo, de virgen alumbrada. Porque de acuerdo a lo que ya sabemos desde la época de la tríada fundadora de la poesía moderna –Baudelaire, Rimbaud, Mallarme- escribir es como afirma Valderrama masturbar bellezas. Cierto, pero qué belleza!.
[26 de diciembre de 2007, en el Estado Jardín, escuchando Memory almost full, de Paul]
(Foto: Salomón Valderrama. Texto tomado de: sol-negro.blogspot.com)

12/26/2007

2 poemas de Yaxkin Melchy Ramos

tanta vida invertida
tanto pulmón dejado
tanta carpintería de meses

tanta estupidez para ser una caja en la vida.


me largo de la casa
a que me mate la noche,
agua de tambo llena con gatos

me largo de la casa
como si flotar en el río me hiciera flor
un cuerpo aprovechado para el mundo

un mantel me delata
me acusa de ser un fracaso industrial
no saldré nunca al mercado

y me largo de la casa
por todas mis manchas Héctor
marcas dañadas en la poesía

Tan poco me conocían mis padres
que yo canté arañando las paredes
arañándome por resistir en el mundo
con una larga oración que terminaba en “araña”

Tan poquito me conocían que yo era un papel
a punto de salir al mercado
y generar la poca preocupación que necesito en el mundo
me rompí antes de tiempo.

Tanta vida invertida
en caminar a cuentagotas en mi imaginación
goteras en mi cabeza

Tanta vida invertida
y no sacar ni un pedazo de cuerpo
sólo mi fotografía

Tanto de mi vida en tan pocos deseos
en las líneas de mi mano que se quemaron
consumidas en pólvora.

Tanto de mi vida que estalló en una madrugada de lluvia
Tanto en un pueblo sin luz
Tanto en la borrasca de otros hombres
Tantos en las sombras mías.
Promoción de mermelada
Mi corazón está en los botes de mermelada
apachurrado completamente
conservado para un par de años
listo para el cuchillo.

En los lotes y en las bases de datos
el corazón está vendido para muchos años
está con la mano que le corta de la tierra
las aspas que le abren
la moledura cuando agarro mermelada.

Y está el sabor enorme que se siente
al probarse el corazón de uno.


Yaxkin Melchy Ramos. (Distrito Federal, México 1985) Estudia letras hispánicas en la UNAM, forma parte del taller de creación literaria del Centro Cultural José Martí (Distrito Federal), impartido por Félix Luis Viera, así como del grupo Devrayativa y del proyecto de revista Trifulca. Algunos de sus textos aparecieron en la recopilación Tigres del porvenir. Secretaría de Cultura del Distrito Federal (2007).
Ha escrito dos poemarios: Promoción de Mermelada/Ciudades electrodomésticas (2006-2007) inédito, Nada en contra* (2007-2008) inédito.

Su blog: http://destruccionmasiva.blogspot.com/
ce: yaxkin_m@hotmail.com
(Imagen: Yaxkin Melchy Ramos)

12/07/2007

Tizón

Edipo en Yala
Desde el amanecer garrapateo notas en este cuaderno. Cuando el sol remonta y he terminado mi trabajo para jugar un rato con el perro sobre el césped de los fondos, el viejo húngaro que vive en Yala desde el 32 o 33, me llama a gritos y asoma su cara colorada sobre la pirca y con el aliento aromado por el anís turco, dice:
- Ah, me había olvidado ayer: esa mujer, ¿Recuerda?, de quién estaba contándole, la de Ocloyas, que se hace concubina del tipo que vuelve después de veinte años, era en realidad la madre. Me faltó decirle eso. ¿Por qué no escribe esa historia?
- ¿Y que pasó después? ¿Él se arrancó los ojos?
-Nada, hombre, nada. Tuvieron once hijos.
(Héctor Tizón aclarando o declarando su condición de cuentista a la Revista Crisis, Enero de 1975.)

11/26/2007

Héctor Hernández Montecinos

Adelanto del libro inédito "A 1000" próximo a publicarse por Lustraeditores:


ANTES Y DESPUÉS DE LA CATÁSTROFE, CUCARACHAS Y POESÍA
................................................................A Walter y Elvira

...........................Esto de la poesía
me tiene mordiéndome la lengua
ante la muerte
para que no se vaya con ella.

...........................Conozco cada uno de sus nervios
y los músculos que la sostienen sobre el mar
donde nadan las palabras
que son cada día más reales
pero no tienen sombra,
palabras que no beben agua
porque abren sus agallas para que les entre el cielo.

...........................Tanto a los poetas y a los muertos
la tierra les resulta transparente como este océano,
que tiene una infinita espiritualidad;
si existiera el alma
para nosotros el cuerpo entero sería su piel.

...........................Las nubes posan su pie descomunal
en esta playa
y aquí es donde se enterrarán estos recuerdos muertos
que de la mano voy trayendo
pensando en el día en que todo se acabe
y mis bolsillos terminen en la atmósfera.

...........................Al escribir voy envejeciendo mi infancia
y lo veo en cada uno de los libros
en que uno como gato sólo dibujará ratones
para que las cucarachas se rían y digan ‘no moriré’,
sí, es triste el hecho de que toda esta historia
terminará en esta hoja de papel
y no sería tan terrible este dolorcito en el pecho
si es que mi corazón no fuera del tamaño de mí.

...........................Nunca salir del infierno
esta es mi última esperanza,
en la geografía hoy es domingo
y todo ha sido transparente.

...........................Donde sea que me pille la noche
me iré a volar con ella,
enterraré mis manos en su espalda
para ver con mis propios ojos,
atascados en sus cuencas,
que mis huesos tienen miles de años.

...........................Qué más quisiera yo que Dios se riera
y se olvidara de que todo esto se acabará,
observo los meridianos y paralelos de la palma de mi mano
para pensar que entre nosotros
viven manadas de kilómetros
y entre ellos los suspiros extraviados,
no correspondidos,
que una noche de estas volverán como un grito ciego
para recordarme que mi cuerpo a cada momento
añora su pasado de cadáver.

...........................Espero que baje la marea
y pienso en la aurora boreal que fue aquella vez juntos,
digo aurora boreal para no decir
que fue demasiado bello para que durara más de una noche;
en cada lágrima van resumidos decenas de poemas
y la sal del mar las atrae,
quizá por eso esté aquí, ahora
¿manyas?

...........................En la noche el sol baja al mundo
y se esconde entre los hombres
que tendidos bajo las estrellas
se lo imaginan durmiendo detrás de las montañas
o en el fondo del mar,
pero lo que no saben
es que el sol es también un cuerpo celeste solitario
porque no tiene un rostro con quien hablar,
las estrellas cotorrean toda la noche
y la luna les canta viejas melodías para que se duerman,
yo al menos puedo escribir este poema
y esconderme en esta página en blanco
que sería como un sol cuadrado
si tuviera unas gafas negras
del tamaño del universo.

...........................Nunca había imaginado un fuego tan invisible
para que se acabase todo esto,
incluso la infancia que me da vueltas en la cabeza,
no está perdida sino desencontrada,
por eso mis hijos serán mis antepasados
y mi semen el charco de tinta de mis días violentos.

...........................Creo que estos son los últimos versos de esta noche
y este abrazo a la distancia será el más fuerte de todos
recordando la vez que nos caímos del cielo;
ojalá mi corazón tuviera párpados
para que más rato pudiera también soñar.

..........................Sólo porque no te veo
es que puedo escribir estas líneas
y siento profundamente que
en todos los puertos del mundo
habrá un silencio por ti esta noche,
mañana sólo quedarán cucarachas y este poema.

...........................................Huanchaco, 12 de agosto de 2007


AHORA, MI VIDA Y MEDIA

...........................No sé qué hacer en este preciso momento
si volver a escribir un poema más
o esperar que amanezca y despertar junto a ti
a este lado de la cama
que es el otro lado del desierto.

..........................A la intemperie
unas delgadas miradas pasan
entre los sueños y el cansancio
mientras que los insectos diurnos,
que viven con nosotros,
a esta hora leen sus propias biografías
rozando con sus delicadas antenas
lo que ellos ven como manchas
de camuflaje o advertencia.

..........................Oigo esas huellas sobre el papel
como las del resto de animales
que atraviesan este páramo
contemplando la hermosa bóveda
que eres tú.

...........................Ahora que he vuelto a escribir
creo que debería
sacar mi brazo de debajo de tu cabeza,
estirar la mano lentamente
y tomar el lápiz
que está en el velador
junto a tus papeles,
poner un título sereno
nada rimbombante
para que no te despierte
y comenzar a hacer memoria
desde esa primera vez

..........................Los primeros rayos de sol
entran lentos por la ventana,
reflejados parecen letras en la pared;
murmuras algo soñando
como si con los ojos cerrados
hubieses leído esa palabra
que cuando despiertes ya no existirá,
y quizá ese sea el poema que te escriba
con la tinta de un nuevo amanecer
y la esperanza de que las cosas mejoren
entre nosotros dos.

..........................Pensaré en esto todo el día
y seguro antes de acostarme
no me resistiré a no escribirlo,
ni será parecido a lo que sucedió,
la ficción me resulta tan íntima
como esas canciones que nos gustan.

..........................Ya es hora de levantarse
y dejar de pensar en literatura,
tú te vas y llegarás a la noche,
quizá salgamos a tomarnos algo
y luego acostarnos y volver a soñar
con insectos pestilentes o cervezas;
los vehículos se oyen afuera
al igual que las nubes y los perros callejeros;
otro día comienza y un poema termina.

..........................Hoy compraré el diario,
sale una entrevista que me hicieron:
hablo de los poetas que me caen mal,
de un par de libros y unas lecturas
porque sobre poesía sólo escriben
los que suplen con ella el amor.


UNA DEUDA PENDIENTE

..........................Calentando el infierno de los poetas
que es vivir y escribir con miedo
como un río que no termina su caudal
hemos hecho bulla al arrancar los poemas de los libros y lanzarlos en picada contra esos que creen
que la poesía es tener números en las páginas,
un índice y una linda portada.

..........................Los mafiosos tampoco entienden
que mientras más millones tengan en sus manos
no contarán más amistad,
lo que no saben es que después de cada sexto cero
el ojo supura pus y la boca se llena de bilis,
además creen que los poetas a su alrededor son sólo libros que comen, beben y cagan.

..........................La grandeza de un poeta
es del tamaño de su mano
que extiende kilométrica
a quien ni siquiera se la pida.

..........................Ninguna academia es más hermosa
que una flor,
ni tiene más que decir
que un niño sordo mudo;
allí miden la vida en libros que a nadie le importan
y la literatura es una obligación
y el lenguaje una taxonomía para equivocar
cualquier sueño.

..........................No estoy a la cabeza de nada
ni a la altura de ningún órgano
todo lo hice con las manos limpias,
pero lavadas por mis propias lágrimas
y la mirada en alto
hacia donde sigan avanzando las estrellas
porque ellas huyen de la oscuridad y la farsa
que para mí significa el sol.

..........................Este libro significa para mí
lo que nunca quise escribir,
ver como los corazones de mis amigos
se fueron llenando de envidia y ambición,
ver como mi país ha hecho todo lo posible
por destruir todos los sueños
como el de una poética colectiva
que congregara y abriera espacios
y una esperanza también colectiva,
pero no entendieron nada
nadie quería a nadie de verdad
todos somos utilizados
por el oportunismo y la revancha;
mejor es irse lejos
donde mi libro me vea y diga:
es él.


Héctor Hernández Montecinos (Santiago, Chile, 1979)
Licenciado en Literatura (P. Universidad Católica de Chile). Doctor © en Filosofía mención Teoría del Arte (Universidad de Chile). Ha escrito en poesía No! (2001), Este libro se llama como el que yo una vez escribí (2002) y El barro lírico de los mundos interiores más oscuros que la luz (2003), los cuales aparecen reunidos en [guión] (Santiago: LOM, en prensa), que es el libro hermano de [coma] (Santiago: MANTRA editorial, 2006; 2º edición traducida al portugués, en prensa) que reúne su trabajo poético del 2004 a la fecha. Putamadre (2005) es el primer volumen de una trilogía recopilatoria preparada por la editorial peruana Zignos, Segunda mano (2007) es el tomo siguiente. Ha sido becario del Consejo Nacional del Libro y la Lectura como ensayista (2003) y como poeta (2006), del FONDART para realizar su doctorado (2004 y 2005), de la Fundación Pablo Neruda (2005) y de la Fundación Andes (2005). Textos suyos aparecen en diversas antologías y revistas en Latinoamérica, EEUU y España. Algunos han sido traducidos al alemán, inglés, francés, catalán y vasco. Ha sido invitado a festivales de poesía en Alemania, Argentina, Brasil, Chile, México y Perú. Escribe regularmente sobre literatura, subjetividad, cultura, arte y género en diversas publicaciones nacionales y páginas web, por los que ha participado en varios coloquios internacionales sobre dichos temas. Su trabajo poético se ha cruzado con música, fotografía, instalaciones y diversas realizaciones audiovisuales. Ha dirigido varios proyectos editoriales, hace performances y acciones de arte, collages en papel, ilustraciones, guiones y obras de teatro en pequeño formato. Es el director general de los encuentros de poetas latinoamericanos en Santiago de Chile “Poquita Fe” (2004 y 2006).
El poeta Raúl Zurita, Premio Nacional de Chile 2000 ha dicho del autor: “No existe en la literatura en castellano alguien que antes de los 30 años haya llegado tan lejos como él, y creo intuir que en el sólo hecho de esta declaración hay algo demasiado conmovedor que nadie puede tomarse a la ligera: el intento por abarcar la vida, por transformar la gestualidad en obra” (Extracto de la presentación del libro [coma]) http://letras.s5.com/hh181106.htm
Más información sobre el autor en:
(Foto: Héctor Hernández Montecinos)

11/20/2007

Poemas inéditos de Roger Santiváñez:

LABRANDA

1

Primer encuentro milagro devuelto
En tu boca despertada supo el sol
Ocultarse en la brisa blusa de uva

Talle de rosa firme en lo cenizo
De tu piel papel escrito & retocado
Reventazón de mástil bajo toalla

Así se alzó tu mano en el
Antiguo confite antes del baño
Espalda intacta destrenzada

La siesta suspendida por doquiera
Su chisguete se dispara curvilínea
Adormida la paloma más secreta

Conducta del cielo bajada en
El repliegue de torso & muslo
Acerca a Dios ceñida diosa

& en un canto de espumas
Mares blancos que se tejen al
Solaz de tu inocencia adivinada


2

Ganada la mañana no suave a tarde
Ser vacío de tu pensada piel a
Ceras santas escribanas fuimos

Enigma aliento ténue descubre
Blue-jean durante dulce dócil
Mente quitado holandas tersas

Ya no habrá la flama en fusión
Que vio la ave más rara del
Amor su corta nube misteriosa

Ni un mate de noche serenada
En la salva marina de tu concha
Ocaso casi al borde de mi tumba

Tus aureolas paradas que
Cantares advienen al poema
Luces férvida anudada in

Quieta parecían rosales firmes
Labranda sin prisa adorada
Cuota dada en sacra romería


3

Pelo negro sobre tus hombros blancos
Anochece sobre nosotros abrazados
Difumínase el día en la bóveda santa

Entreluces luces rosada rosa lozana
A la luz del crepúsculo crecen tus crespos
Ocultos en la seda angelical

Un silbo del aire se aproxima luna
Sobre el cielo de Lima brilla & rebrilla
Nimbo plateado bañando tu cabellera

En la quietud curvada ancestral
Retama viva & nocturnal surgiendo
En la penumbra recogida en tu regazo

Esplendor de tu espalda esbelta &
Recostada brote en la fuente verdi
Dorada adherida al bordado carmesí


4

Volvió su corazón al mío
Aire & respiro dióme su flor
Fragancia gozosa apasionada

Altura de ola sutra & rezo
Confiere la figura del alisio
Perdita nel oscuro & el dorado

Retornas sur los sures
Soñados leche azur zurita
Azul solita en tu blue-jean

Perdura deseosa fresca la
Matina alcanzada en su
Pantalla otra vez leída

Misiva alada in verso afán
Do huye la noche desolatrix
Serenado mar flotante renacido


5 (Ideología Marina)

Espuma en el cielo que miras
Tendida sobre la arena besada
Expropia la delectación de los astros

Artificio converso en la canción
Se ha perdido vidrio nocturno
O antifaz helado por la brisa

Trópico acaricia el sentimiento
Límite del aire sucumbe ante
El contorno delicado rubor

& ficción sumergida en el
Anillo interior que se hizo
Espejo sobre flama ardida

De su amor saliva constelada
Fulgor quebradizo que a la inversa
Aloja bengala de las olas resaqueadas


Roger Santiváñez: Piura-Perú (1956). En 2006 salió en Lima Dolores Morales de Santiváñez (1975-2005) volumen recopilatorio de su poesía. Hace poco se publicó en Santiago de Chile un nuevo libro suyo denominado Amastris. Desde 2001 vive en Estados Unidos, donde estudia y trabaja en Temple University (Filadelfia). Esta serie pertenece a un actual proyecto poético en elaboración.
(Foto: Roger Santiváñez)

Luis Hernández

EL EXILIO INFINITO*

Por JOSÉ GÜICH

Treinta años después de la desaparición de Luis Hernández (Lima, 1941-Buenos Aires, 1977), las poco claras circunstancias que rodearon su muerte aún constituyen señuelo para concitar la atención pública, más allá de los cenáculos y cofradías que podrían atribuirse o no la vigilancia sobre la obra de un poeta absoluto y entrañable. El trágico final de Hernández en Argentina, durante los días de la salvaje dictadura militar presidida por Videla, continúa inevitablemente asociado al misterio. Entre tantas historias, es factible que cayera víctima de la represión, acostumbrada a genocidas prácticas de “limpieza social” en las calles de Capital Federal y otros conglomerados urbanos del país. Encarpetado como suicidio, el caso aún aguarda una solución convincente.
Apartándonos de la crónica policial, surge en el escenario otra antología, de aspiraciones conmemorativas, esta vez diseñada por Edgar O´Hara, quien ya ha sido responsable de compilaciones y ediciones críticas a propósito del autor. Como atractivo adicional, el volumen incluye un dossier fotográfico, estructurado con imágenes del archivo de Herman Schwarz. La soñada coherencia se propone brindar una muestra de los registros intimistas de Hernández, quizá algo eclipsados por poemas más lúdicos y celebrados, o aquellos sostenidos por el diálogo con los referentes culturales (la música, la pintura, el cine) que moldearon un universo sin precedentes en la poesía peruana (exceptuando a Eguren). Para ello, O´Hara ha preferido trabajar su selección con el material de los cuadernos y manuscritos sueltos que el autor de Orilla, Charlie Melnik y Las constelaciones (los tres libros de LH publicados en vida) elaboró cuidadosamente, a lo largo de varios años, en su mayoría destinados a sus amigos próximos.
En esas caligrafías, aparecen los que sin duda son sus mejores versos de temática amorosa. Redescubrir esta zona de una escritura tan personal y sujeta a la mitificación -por razones evidentes-, solo confirma la calidad del poeta, siempre mayor que su leyenda. Hernández no envejeció: ha sobrevivido a la canonización y al fetichismo, cuando no a la morbosidad biográfica. Un breve texto, en particular, conmociona tanto por su belleza transparente y luminosa, como por el hecho de vincular al ser amado, a la donna angelicata, con una desgarradora condición de “exiliado interior”, de foráneo en un mundo hostil e insensible: “Extraña es tu alma, Amor/ Más extraño aún/ Quien te ama”.
En su tonalidad de viejo y sabio epigrama, el poema rubrica sin atenuantes que en un creador de tales contornos resulta inútil separar el lirismo y la sorpresa de metáforas inauditas, especialmente porque estas nacen de la sencillez y de las palabras cotidianas. Y porque los actos del poeta siguen siendo de los más solitarios sobre la Tierra, como LH, querido Gran Jefe Un Lado del Cielo, predicó hace ya tantas lunas, mientras contemplaba el océano, origen de los dioses.
Autor: Luis Hernández
Título: La soñada coherencia
Edición de Edgar O´Hara.
Editorial: Mesa Redonda (252p.)
(*Texto tomado de: http://carlosmsotomayor.blogspot.com. Foto: portada del libro)

11/14/2007

POESÍA EN EL YACANA
Jr. de la Unión 892 (segundo piso) Centro de Lima

viernes 16 de noviembre

7:3O pm
Patricia Colchado

8:OO pm
Presentación de la novela "LLORA CORAZÓN" del novelista chimbotano Fernando Cueto,
a cargo de Javier Garvich y Oswaldo Reynoso.

8:3O pm
Presentación de la revista cultural LOS ZORROS Nº 6,
a cargo de sus editores
Jaime Guzmán Aranda y Augusto Rubio Acosta.
Lectura de poesía.

ENTRADA LIBRE
(foto: Patricia Colchado)

11/12/2007

Sobre Onetti

Por: Juan Cruz*
La literatura del autor uruguayo remite cada vez más al sustantivo genio. Vargas Llosa escribe un libro sobre él y Círculo de Lectores y Punto de Lectura recuperan sus obras, mientras un grupo de escritores recuerda al creador de ese territorio llamado Santa María, donde se puede vivir feliz sin motivo.
"Esa cabeza de caballo triste", apoyada en la almohada de su cama, en la penumbra del cuarto que tenía en la casa donde vivió en el exilio de Madrid, albergaba "la mejor literatura de la segunda mitad del siglo XX". Era la cabeza del uruguayo Juan Carlos Onetti (1909-1994) y en ese primer puesto de la clasificación le coloca José Manuel Caballero Bonald. "Sabías que era un genio antes de leerlo: su aspecto, su huida violenta de la vida social".

Lo dicen muchos. Mario Vargas Llosa reclamó en 1967 (cuando recibió en Caracas el Rómulo Gallegos) que quien debería ser premiado en América Latina era "el gran Onetti". Juan José Millás: "Y nadie nos indujo a leerlo, se impuso su genio; mientras otros venían con brío él nos dio la lección de su sigilo". Antonio Muñoz Molina, a quien Onetti defendió -como a Julio Llamazares- de las dentelladas de Cela, cuando el elegido Nobel arremetió contra ellos, nos dijo cuando le preguntamos por el regreso de Onetti: "Nunca se fue; es un genio, está y estará siempre".

Están pensando en hacer una película a partir de Para esta noche; en Buenos Aires tienen en escena una obra teatral que parte de sus textos y del cuento Onetti a las seis, de una especialista en su obra, Liliana Díaz Mindurri. Muñoz Molina tiene notas para un libro sobre él. Y Vargas Llosa trabaja en una obra que tiene como protagonista a ese hombre que en La vida breve desgrana frases que parecen cristales de su figura: "Esa cabeza de caballo triste", "de ojos cansados, semidisueltos, salientes", incapaz de luchar "contra aquella tristeza repentinamente perfecta"...

No quería saber nada ni de su fama ni de la calle, y se pasó acostado una década, acaso por la nostalgia de la infancia. Escribió en un cuento sobre el padrinazgo de su ahijada, a quien llaman Biche, una frase que vale una autobiografía: "Ya en la calle vi empañarse mis lentes; estaba mezclando a la hija ausente con mi única ahijada. Y recordé que ambas iban a crecer y perder para siempre el paraíso de la infancia". 'La hija ausente', Isabel María recuerda con emoción esas líneas.

Él buscaba no perder el paraíso de la infancia; nos dijo un día que no se levantaba "para que Biche [así llamó a su perra] no me muerda las canillas", pero nos dijo también que seguía en la cama, porque así no perdía el contacto con la cuna que le albergó en ese paraíso irrecuperable.

¿Presencia? Ahora Punto de Lectura publica en bolsillo la mayoría de sus libros (comienza con El pozo, Tierra de nadie, La vida breve, Para esta noche, Los adioses) y Círculo de Lectores agrupa su obra completa, de la que ya han salido dos tomos; al frente de esta última aventura esta Hortensia Campanella, que siempre vio en Onetti "la conciencia de la muerte"; de eso trata su obra. Su compatriota la poeta y narradora Cristina Peri Rossi, que eligió el mismo camino del exilio en España, ve en Onetti "a uno de los pocos existencialistas en lengua castellana"; el existencialismo sartreano llegó a Uruguay por la influencia de tanto emigrado de la última guerra mundial, se impregnó en "el concepto trágico de la existencia de Onetti", consciente de que ya el nacer es el gran error, que se confunde con el error de la muerte... Para Caballero Bonald, ese universo "existencialista" que edifica Onetti "es un mundo tan fascinante, tan alejado de un realismo pueril; condensa la vida", y desemboca en la tristeza "del tango", como dice Peri Rossi. Lo dice su viuda, Dolly: "Uno de sus grandes tangos es Sus ojos se cerraron", un tango que se lee como si fuera una banda sonora onettiana.

Millás dice que la clave de la presencia de Onetti "es la capacidad de llegar a lo cotidiano por la puerta de atrás". Y eso se advierte en su sentido del humor, que domina como una carcajada sus artículos de prensa. "Era sarcasmo", dice Félix Grande. El poeta era director de Cuadernos Hispanoamericanos cuando Onetti fue encarcelado por la dictadura uruguaya en 1974, y fue él quien recogió firmas de escritores para presionar a los secuaces de Bordaberry, y Onetti vino a España, exiliado, en 1975, con su mujer, Dorotea Muhr, a quien todo el mundo llama Dolly; a Dolly le dedicó La cara de la desgracia con esta inscripción tan onettiana: "Para Dorotea Muhr, ignorado perro de la dicha".

A Félix Grande le avisó Rafael Conte del genio que se avecinaba en la literatura en español: "Si quieres conocer qué es el infierno lee La vida breve. Una obra maestra". Después vino el episodio militar que perturbó (aún más) el descreimiento vital de Onetti. En Madrid hizo de su casa un santuario de su peregrinaje, por la amistad y por las lecturas. Grande y su esposa, la también poeta Paca Aguirre, fueron habituales, como lo fue su paisano Mario Benedetti... Su hijo Jorge, escritor como él, fallecido en 1998, a los 66 años, prologó una colección de sus artículos y en ese texto dejó una descripción que ya podría inscribirse como el retrato que su padre quiso dejar de sí: "Puedo volver a verlo. El torso desnudo en aquel pegajoso domingo de verano, apresado en su departamento del barrio Sur de Buenos Aires tan mezquino de espacio que le apretaba en las sisas y la entrepierna. Un habitáculo, no mayor que el pozo de Eladio Linacero, donde Jota Carlos Onetti -así prefería el sonido de su nombre-, yacente y silente, era sólo un hombre solitario amputado de paisajes que leía y fumaba indiferente a ese lugar de la ciudad como a cualquier otro del mundo o del universo".

Ahí Onetti se revolvía entre lo que su hijo llamaba ataques. "... Se levanta súbito, abalanzándose sobre el escritorio de colegial al que se sienta. El lomo curvado como el de un oso sobre su presa: un cuaderno o unos cuantos folios en blanco y un manojo de lápices con puntas quirúrgicas. El cigarrillo humea olvidado. Me atrapa la certeza de que, si es perturbado, dará dentellada por respuesta. Se había convertido en un zombi total porque, cuando escribía para él, no existía nadie: ni el lector ni el crítico de la familia".

Él era un lector. En ese libro de artículos aparecen algunos de sus monstruos sagrados, y aquellos que se le iban evaporando, como Hemingway. William (Bill) Faulkner siempre estuvo en primer plano; puso su foto en todas sus casas (tenía muchas fotos, que iban turnando, desde Raymond Chandler a Humphrey Bogart, pasando por la Reina Sofía); "también él [Faulkner] supo mucho de ironía y de piedad". Borges le parecía una palabra mayor. Y en su diccionario estaban en primer término Balzac, Cervantes, Shakespeare, Dostoievski. No vivía para escribir, escribir le sobrevenía; pero había aprendido de don Pío Baroja que "con sangre no se hacen novelas, sólo morcillas". Era desdeñoso con los monigotes hinchados por la vanidad y le hubiera gustado, seguro, que le pasara lo que pedía Bill Faulkner: "Espero ser el único individuo del mundo que no haya dejado huellas de su paso". Le regocijaba recordar lo que de veras sucedió cuando murió su maestro: los escaparates de los negocios de su pueblo, Oxford, en el profundo sur americano, pusieron este cartel: "En memoria de William Faulkner este negocio permanecerá cerrado desde las 2.00 hasta las 2.15 p.m. Julio de 1962". "Es decir, ¡quince minutos sin ganar un mísero cent!", escribió Onetti, para añadir: "El muerto no podría imaginar un homenaje mayor y más sacrificado que éste de los pequeños gold diggers de su país".

Era un bromista; con la cara de Buster Keaton ("esa cabeza de caballo triste") gastaba bromas sin cesar. A Ramón Chao (que escribió un libro sobre él, Un posible Onetti, y que le hizo un documental importante para la televisión francesa), le recibió de uñas porque llegó tarde con su equipo. "Perdón, perdón, perdón", le decía el periodista gallego, implorante. "¿Me lo pides humildemente?" "Sí". "Si es humildemente, que pase tu equipo". A una ayudante de Chao le dijo: "¿Te fijás que tengo un solo diente? Pues te advierto que tengo una dentadura perfecta, pero se la he regalado a Mario Vargas Llosa". Félix Grande le discutió la primacía tanguera de Carlos Gardel; él se levantó de la cama, acudió al pasillo, seguido por el poeta, a quien le mostró la salida: "Si usted ningunea a Gardel, hágame el favor de salir de inmediato de aquí". Y luego lanzaba una carcajada que era también el último estertor de una sonrisa.

Una vez, ya cerca de su muerte (que fue en mayo de 1994, a los 84 años) este montevideano que desde el exilio tuvo dificultad para escribir la palabra Uruguay, llamó por teléfono a la escritora argentina Liliana Mindurri. Ésta había ganado el Premio Rulfo de cuentos creado por Chao en París, con un relato titulado Onetti a las seis. "¿Qué hora es en Buenos Aires?". Liliana creyó que era un bromista, y a pesar de la insistencia divertida de su ídolo colgó el teléfono sin creerse que era Onetti quien le estaba llamando. Dolly le comentó meses después del fallecimiento del escritor quién había sido el insistente bromista.

Dolly lo cree: su marido era un humorista; su sarcasmo partía de sí mismo, y se proyectaba en los demás, y en sus libros, pero sobre todo en sus artículos. Perseguía "aquella tristeza repentinamente perfecta", pero se reservaba el humor para los suyos. Su hija Isabel María, hija de la holandesa Isabel, de la que Onetti se separó en 1952, hablaba inglés desde la infancia, y fue profesora de su padre. "Me engañaba, hacía como que todo lo entendía al revés. Y yo me decía: ¿puede haber un hombre tan bruto como éste?". Litti (a quien Onetti dedicó Una tumba sin nombre) estuvo años "ignorando ser su hija"; pero hace cuatro años le pidieron en Colonia que interviniera en un homenaje, "y a partir de entonces lo he ido reconstruyendo dentro de mí, desde mi propia madurez". Ahora recuerda que la relación en la niñez "era cariñosa, distante, irónica. Pero luego nos escribimos, y ahora veo que nos hemos escrito mucho. Yo le decía que tenía dentro de mí muchas máscaras, y él me pedía que me las quitara. Lo que he sabido luego, ahora mismo, es que tengo muchas de las cosas que significan su actitud ante la vida. ¿Leíste El pozo? Pues yo también soy ese personaje al que le resulta difícil encontrar un alma ante la que desnudarse. El otro día mi hija de 22 años me preguntó por él, y qué debía leer suyo. Le leí entero El pozo, de un tirón, y luego me pregunté cómo será la vida a los 22 años después de leer El pozo. ¿Tú crees que hice bien?".

Isabel María tiene ahora 57 años, representa en Buenos Aires a la Universidad de Cambridge. Y Liliana, casi su contemporánea, a los 54 años, que nunca conoció a Onetti, a veces juega con ella a ser la otra hija de Onetti. Como a Muñoz Molina, como a Vargas Llosa, como a muchos de los que consultamos para este escrito sobre el solitario de la Avenida de América, a Liliana le parece que "Onetti es un resplandor; habla sobre montículos de basura, pero de ese montículo sobresale siempre la belleza". No, qué va, no era un hombre triste, dice Dolly. "Si vieras las cosas que me decía cuando me escuchaba ensayar con el violín; a veces salía del cuarto, enseñándome sus garras, simulando que era un ratón que me iba a devorar por hacer ruido a cualquier hora. '¿Por qué estudiás tanto?', me decía. 'Yo te compro un disco con aplausos, vos tocás y te pongo los aplausos, y así te quedás feliz'. Cuando se puso tan enfermo, lo metimos al hospital, y cuando mejoró el médico le fue a dar el alta; él lo atajó: 'No me quiero ir hasta que no termine de leer esta novela".

Mario Vargas Llosa, que ahora escribe un libro sobre él, lo vio, en Uruguay, como un hombre huraño, "sumido en una especie de meditación"; y luego esa relación fue creciendo, hasta que en otro encuentro le dijo el uruguayo al peruano: "Mirá vos, Mario, vos tenés una relación conyugal con la literatura. Yo tengo la relación de un amante". Vargas Llosa lo ha redescubierto; "es un escritor enormemente original, coherente; su mundo es un universo de un pesimismo que supera gracias a la literatura. Los que no le lean se pierden la modernidad que él inauguró en un territorio donde, con la excepción de Borges, dominaba el costumbrismo".

Onetti, dice Vargas Llosa, como dice Carmen Balcells, su agente, a la que dedicó su última novela, Cuando ya no importe, ha superado la prueba del tiempo. Balcells: "Muchos están destinados a desaparecer. Él va a quedar intacto la vida entera". Muñoz Molina cree lo mismo. "Onetti es una epifanía, la celebración de la belleza, la emoción y la ternura. ¿Que vuelve? Si no ha dejado de estar".

Ahora, dice Antonio Muñoz Molina, se lee su obra como el resultado de un proyecto, "como si lo tuviera todo en la cabeza; no pretendió ser monumental, ni grandilocuente, pero alcanzó una obra insuperable".
(*Tomado de: http://www.elpais.com/. Foto: Juan Carlos Onetti)

11/08/2007

Jonathan Guillén

Los ladridos del callejón

Nunca imaginó todas las callejuelas infectadas
Ni cada paso ni cada acierto ni cada centímetro
Ni cuando tenía madre había escuchado las palabras más duras
Ni colgando boca arriba con la boquita cerrada
Para no despertar los malos recuerdos
Le hicieran lo que le estuvieran haciendo sobre la noche de ojos abiertos.
Siempre fue niño y niño se fue haciendo lluvia sobre el cemento
Abrigo de cartón y perros
Alimento de las bestias corroído el ángel de pantalones rotos
Se fue conformando el rostro y las cicatrices
De cuando en vez la cabecita asomaba para ser visto desde lejos
Para no representar el olvido ni la angustia
Ni cuando se fue naufragando entre sus propias manitos
Ni cuando le rompieron el hocico por no bajar la bragueta
Ni cuando quizo enrrollarse tantas veces hasta hacerse mínimo.
Siempre fue niño y niño se fue derramando como tiniebla
Y su olor pestilente alcanzó hasta las nubes
Y sus dientes amarillos brillaron pareciendo monedas
Que corren de mano en mano como sus genitales
Porque no tuvo tiempo de sonreír ni de mirarse en un espejo
Y aún cree que es humano y sincero y hermoso.
Siempre fue niño y niño se fue inundando sobre los techos
Los techos y las calles y los cementerios
Pájaro nocturno de aleteo semidesnudo
Ni cuando se descontinuó en el griterío de los amaneceres
Ni cuando el tolueno le mordió los intestinos
Ni cuando el cartón pasó a ser toda su enseñanza
Ni cuando se durmió pensando en que mañana
Se despertaría en medio de una familia tejida para sus párpados.

**********

Pregúntales a los niños de aquella plaza nocturna
dónde olvidaron los juegos
dónde ocultaron las lágrimas negras de población
que rodaban por sus mejillas
que mojaban sus manitos de barro
que ponían las rodillas oscuras
que tiraban peñascazos a la mamadera
pateaban al perro y gritaban en medio del sol.
Pregúntales para que te contesten con su voz
grave/ herida de cigarro y semen/
de cigarro y semen/ de cigarro y semen/
de tiniebla
de frío
de violencia
de miedo
de coñac Gaitero de $500
de auto de turno
de cliente habitual
de la blanca y tierna disciplina
de sus dientes infantiles inundada por todas las leches.
Pregúntales… yo les pregunté
y guardé sus corazoncitos en todos mis bolsillos.

**********


Tengo un perro gimiendo en mi cabeza. Se rasca el espinazo y me pone al tanto de su cruel pobreza al dormir entre la noche y su búsqueda de dios en la basura de los feriantes. La calle se derrama en nocturna leche y transcurren entre sus garras los innombrables pastores de la carne y los antenazos. Un luminoso letrero se refleja en sus colmillos mientras una mujer le sobajea el vientre y le susurra que conoce un motel barato en las afueras de la ciudad.



Biografía

Jonathan Guillén Cofré. Iquique, Chile 1980. Luego de participar en varios talleres literarios de su ciudad y en una que otra mala antología, creyó que podía hacerse rico con la poesía. Hoy, felizmente, producto de las drogas y el alcohol se ha ido alejando de su familia que ya lo tenía hasta los huevos. Y la poesía sigue igual, no le da ni para los vicios.
(foto: Jonathan Guillén)

11/07/2007

Dos poemas de Marcelo Mucca


Raíz

Con la raíz de un continente antiguo y un lecho húmedo,
En ocasiones nuestros peces sueñan sirenas verdes.
y en la calma infinita de sus reflexiones un triste sujeto los mira;
Apenado, triste.
Con un silencio antiquísimo e indiferente señala una tumba vacía,
homónima, inefable.

Con la imprudencia de las casualidades y con un frió septentrional en las arterias,
su carne y su fragancia se fue olvidando con un rigor bufo y culposo.

Ya quisieran esos muertos, nuestros muertos,
volver a sus jaulas y señalarnos con el índice quebrado el camino de regreso a nuestra infancia, donde las metralletas eran de agua y los subversivos les chupaban las tetas a las dulces rameras que recién paridas compartían la terrible leche por los campos olvidados de esta tierra no prometida, ganada a codo contra los buitres y los lagartos.

Y es que los héroes niños de esta patria fraticida
No existen en los libritos de historia; ni en los cementerios
solo existen en la memoria de sus madres y sus hermanos,
Callados hasta el cansancio.
Como quien calla a palos a un perro,
Como quien entiende por cariño una bofetada y regresa a casa con las manos manchadas de sangre pidiendo perdón a dios aceleradamente.

Pero ya levantarán las madres sus brazos deicidas al cielo y regresarán con un pedazo de carne entre sus manos.


-Dos cadáveres ((muertos)) -

Y el aire va soplando en la visera desplumada de un adolescente abatido por una bala ansiosa,
Llena de carne, de molares, de gusanos, su masa se retuerce entre la angustia de su novia y Las llamadas telefónicas que percuten en el aire como en un cuento chino.
Pensó la madre, refunfuño el padre, se excitó la hermana y todos salieron de paseo a comerse un pollo cantones.
Pero el hijo no estaba y las sirenas sonaban, mientras el borboteo infinitamente amplificado de un arma que se hunde en una charca de lágrimas despierta a una vecina que reclama por la ventana,
Levanta la mano en señal de ofensa un automovilista enfadado con la policía que ralentiza el transito
y en un motel cercano; crujen los catres, cruje la hermana del occiso, cruje la puerta de casa con un policía de frente a ella y cruje el cerebro de la madre y hay gritos, saltos, convulsiones, conversaciones a media voz, llamadas telefónicas.
Pero su hermana era hermosa bajando las escaleras, moviéndose de un lado a otro de la cama, intranquila, poniéndome sus glúteos en la cara; suenan sus quejidos, suena su celular, suena la brisa, suenan sus lágrimas y el sonido de su cremallera alienta a un grillo para que también se descargue en esta noche fría.

Hay un pequeño silencio.
Pero un rumor entre las multitudes que disputan un huequito en la escena del crimen, rompe aquel perturbador silencio.

– Son dos los cadáveres muertos –

y un rumor obediente disipa la tensión hacia el fondo,
Otra vez un policía, una puerta, una madre, las llamadas telefónicas, la vecina y el automovilista que reclama obscenamente.

Pero Luis no está,
Pedro no ha vuelto,
Juan no encuentra un taxi para volver a casa
Y las Marías gritan de pasión en pequeños cuartos
A Mauricio no le gustan los coños y se besa con su compañero de curso,
Que fue violado a los quince años,
Que odia a los gays,
Que odia a su padre
Y que empuña con una valentía notable su cuchillo,
Pero no se atreve
Piensa en ella bajando la escalera
Piensa en sepia y ella tiene un peinado antiguo.
Y un olor a primavera guardado entre los senos.



Marcelo Mucca. Iquique – chile. 1981.
Hijo de padres suicidas que aun no recuerdan el día de su muerte.
Hermano y padre.
Ha participado en encuentros literarios varios, en alguno de ellos perdió hasta los calzoncillos en un juego de naipes.
Recientemente nombrado huésped ilustre de la ciudad de Lampa bajo la resolución de alcaldía número 255-2007-mpl ––regístrese, comuníquese, archívese––
Guión y dirección del montaje “El boliche”. Iquique 2004
Guión para el montaje “sombra, el niño”. Iquique 2005
Publicación digital en portal de literatura chilena: letras.s5. 2006
Archivos de Autor: http://www.letras.s5.com/archivomucca.htm
Una vez bailó en una despedida de solteras solo con una cinta en el trasero.
(Foto, Marcelo mucca)

11/05/2007

Habladurías de la doña degüello
(fragmento)
Piensa que la imposibilidad es la madre del cordero y
piensa en un cordero
colgando
con las patas abiertas en V

Piensa, también, en un lavatorio
y en la espesura de tu propia sangre
Soy la madre de dios La cordera engreída que en cuclillas mamó de la leche amarga de los perros de Elea Soy el padre de dios La sor teresa de las marañas y Soy la abuela más cabrona de la trece de junio y A veces sueño que despierto con las piernas amputadas Soy el colgajo de dios El vientre estéril de su anaconda y La mandíbula que se dilata Mientras devoro uno a uno a todos mis hijos Soy el padre de dios y La cordera engreída que desterraron a los confines más infames de la historia.
a).- Pero en el fondo
seré siempre una isla
Una patria que es una charca
con sus peces muertos en las orillas y
con sus pájaras desplumadas
cacareando
al sonsonete de los cañones
Al sucurullo
de las petardas
Al a la carga de las jinetas
((como globos
los corazones
en tricolor algarabía))
b).- Una barca
que naufraga
Un recluta
que babea
Y una marejada de calaveras
tan espesa
como lluvia de legaña
c).- Soy una fosa submarina y
una ardiente barricada
d).- Era simple por entonces, todavía no era tarde, como ahora y era joven, buenamoza, tenía un aspecto de maravilla y sabía decir cosas que nos alegraban. Sin embargo, también era triste, cuando las historias sobre puertos y saqueos y familias enteras inflamadas, ardiendo en la llama de la cordera, me traían al recuerdo la mordaza y a mi hermana de rodillas en la proa.
e).- Fui una fuga
Un destino de estratega
Perdida para siempre en los camarotes
De una isla
De una patria
De una charca
De una barcaza tricolora

f).- Cuando niña
Era el cielo mi única bandera y
Una estrella desleída
Que goteaba leche amarga
Que bebía atragantada
Cada noche
En las furiosas mareas de mi cama

g).- Soy la insignia:
Una ola en retroceso

h).- Las pájaras flotaban
A merced
De las aguas negras que por entonces
Arrastraban a raudales
Nuestros ríos
Las arengas de mi madre y de tu madre
Desplumadas
Cacareando
Con las manos manchadas con sus nombres

i).- Soy un nicho bajo el agua
Una tumba en el pacifico y
Es mi padre un nudo sordo y era un ciego, también mi padre y
mis hermanos una tropa de mandriles.
j).- pero en el fondo
Seré siempre una sombra
una sigla centelleando en los confines de la historia a cenizas reducida como el polvo de los huesos desde el aire.
Juan Malebrán (Chile,1979)
Ha participado en encuentros de carácter nacional como latinoamericano y su obra se encuentra antologada en "Poesía Joven" Ediciones Campus, Iquique, " Poetas del Desierto " Ediciones La Cáfila, Valparaiso. "Antología de la poesía joven del norte" Antofagasta 2005.
Durante el año 2005 obtiene la Beca de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, por el poemario "Reproducción en Curso".
(Foto: Juan Malebrán captado por Milena)

10/31/2007


POESÍA EN EL YACANA
Jr. de la Unión 892 (segundo piso) Centro de Lima

viernes 2 de noviembre

7:30 pm
MARIELA DREYFUS
MONTSERRAT ÁLVAREZ


8:30 pm
PRESENTACIÓN DEL GRUPO LITERARIO AEDOSMIL
Participan
Julio Aponte, Ulises Valencia, Alejandro Medina
Ángel Izquierdo Duclós, Jorge Luís Obando

ENTRADA LIBRE

(foto: Monserrat Álvarez)

10/30/2007

CANTO DEL MACHO ANCIANO. Por Pablo de Rokha


Sentado a la sombra inmortal de un sepulcro,
o enarbolando el gran anillo matrimonial herido a la manera de paloma
............... que se deshojan como congojas,
escarbo los últimos atardeceres.
Como quien arroja un libro de botellas tristes a la Mar-Océano
o una enorme piedra de humo echando sin embargo espanto a los acantilados
............... de la historia
o acaso un pájaro muerto que gotea llanto,
voy lanzando los peñascos inexorables del pretérito
contra la muralla negra.
Y como ya todo es inútil,
como los candados del infinito crujen en goznes mohosos,
su actitud llena la tierra de lamentos.
Escucho el regimiento de esqueletos del gran crepúsculo,
del gran crepúsculo cardíaco o demoníaco, maníaco de los enfurecidos ancianos,
la trompeta acusatoria de la desgracia acumulada,
el arriarse descomunal de todas las banderas, el ámbito terriblemente pálido
de los fusilamientos, la angustia
del soldado que agoniza entre tizanas y frazadas, a quinientas leguas abiertas
del campo de batalla, y sollozo como un pabellón antiguo.
Hay lágrimas de hierro amontonadas, pero
por adentro del invierno se levanta el hongo infernal del cataclismo personal,
............... y catástrofes de ciudades
que murieron y son polvo remoto, aúllan.
Ha llegado la hora vestida de pánico
en la cual todas las vidas carecen de sentido, carecen de destino, carecen
de
estilo y de espada,
carecen de dirección, de voz, carecen
de todo lo rojo y terrible de las empresas o las epopeyas o las vivencias ecuménicas,
que justificarán la existencia como peligro y como suicidio; un mito enorme,
equivocado, rupreste, de rumiante
fue el existir; y restan las chaquetas solas del ágape inexorable, las risas
caída
y el arrepentimiento invernal de los excesos,
en aquel entonces antiquísimo con rasgos de santo y de demonio,
cuando yo era hermoso como un toro negro y tenía las mujeres que quería
y un revólver de hombre a la cintura.
Fallan las glándulas
y el varón genital intimidado por el yo rabioso, se recoge a la medida del abatimiento
............... o atardeciendo
araña la perdida felicidad en los escombros;
el amor nos agarró y nos estrujó como a limones desesperados
;yo ando lamiendo su ternura,
pero ella se diluye en la eternidad, se confunde en la eternidad, se destruye en
............... la eternidad y aunque existo porque batallo y 'mi poesia es mi
............... militancia',
todo lo eterno me rodea amenazándome y gritando desde la otra orilla.
Busco los musgos, las cosas usadas y estupefactas,
lo postpretérito y difícil, arado de pasado e infinitamente de olvido, polvoso
y mohoso como las panoplias de antaño,
como las familias de antaño
...............como las monedas de antaño,con el resplandor de los ataúdes enfurecidos,
el gigante relincho de los sombreros muertos, o aquello únicamente aquello
que se está cayendo en las formas,
el yo público, la figura atronadora del ser
que se ahoga contradiciéndose.

Ahora la hembra domina, envenenada,
y el vino se burla de nosotros como un cómplice de nosotros, emborrachándonos,
...............cuando nos llevamos la copa a la boca dolorosa,
acorralándonos y aculatándonos contra nosotros mismos como mitos.
Estamos muy cansados de escribir universos sobre universos
y la inmortalidad que otrora tanto amaba el corazón adolescente, se arrastra
como una pobre puta envejeciendo
sabemos que podemos escalar todas las montañas de la literatura como en la
..............juventud heroica, que nos aguanta el ánimo
el coraje suicida de los temerarios, y sin embargo yo,
definitivamente viudo, definitivamente solo, definitivamente viejo, y apuñalado
de padecimientos,
ejecutando la hazaña desesperada de sobrepujarme,
el autorretrato de todo lo heroico de la sociedad y la naturaleza me abruma;
¿qué les sucede a los ancianos con su propia ex-combatiente sombra?
se confunden con ella ardiendo y son fuego rugiendo sueño de sombra hecho de sombra,
lo sombrío definitivo y un ataúd que anda llorando sombra contra sombra.
Viviendo del recuerdo, amamantándome
del recuerdo, el recuerdo me envuelve y al retornar a la gran soledad de la adolescencia,
padre y abuelo, padre de innumerables familias,
rasguño los rescoldos, y la ceniza helada agranda la desesperación
en la que todos están muertos entre muertos
y la más amada de las mujeres, retumba en a tumba de truenos y héroes
labrada con palancas universales o como bramando.
¿En qué bosques de fusiles nos esconderemos de aquestos pellejos ardiendo?
porque es terrible el seguirse a sí mismo cuando lo hicimos todo, lo quisimos
..............todo, lo pudimos todo y se nos quebraron las manos,
las manos y los dientes mordiendo hierro con fuego;
y ahora como se desciende terriblemente de lo cuotidiano a lo infinito, ataúd por ataúd,
desbarrancándonos como peñascos o como caballos mundo abajo,
vamos con extraños, paso a paso y tranco a tranco midiendo el derrumbamiento general,
calculándolo, a la sordina,
y de ahí entonces la prudencia que es la derrota de la ancianidad;
vacias restan las botellas,
gastados los zapatos y desaparecidos los amigos más queridos, nuestro viejo tiempo, la época
y tu, Winétt, colosal e inexorable.
Todas las cosas van siguiendo mis pisadas, ladrando desesperadamente,
como un acompañamiento fúnebre, mordiendo el siniestro funeral del mundo,
..............como el entierro nacional de las edades, y yo voy muerto andando.
Infinitamente cansado, desengañado, errado,
con la sensación categórica de haberme equivocado en lo ejecutado o desperdiciado
..............o abandonado o atropellado al avatar del destino
en la inutilidad de existir y su gran carrera despedazada;
comprendo y admiro a los líderes,
pero soy el coordinador de la angustia del universo, el suicida que apostó su destino
..............a la baraja
de la expresionalidad y lo ganó perdiendo el derecho a perderlo,
el hombre que rompe su época y arrasándola, le da categoría y régimen,
pero queda hecho pedazos y a la expectativa;
rompiente de jubilaciones, ariete y símbolo de piedra,
anhelo ya la antigua plaza de provincia
y la discusión con los pájaros, el vagabundaje y la retreta apolillada en los extramuros.
Está lloviendo, está lloviendo, está lloviendo,
¡ojalá siempre esté lloviendo, esté lloviendo siempre y el vendaval desenfrenado
..............que yo soy íntegro, se asocien
a la personalidad popular del huracán!
A la manera de la estación de ferrocarriles,
mi situación está poblada de adioses y de ausencia, una gran lágrima enfurecida
derrama tiempo con sueño y águilas tristes;
cae la tarde en la literatura y no hicimos lo que pudimos,
cuando hicimos lo que quisimos con nuestro pellejo.
El aventurero de los océanos deshabitados,
el descubridor, el conquistador, el gobernador de naciones y el fundador de
..............ciudades tentaculares,
como un gran capitán frustrado,
rememorando lo soñado como errado y vil o trocando en el escarnio celestial del vocabulario
espadas por poemas, entregó la cuchilla rota del canto
al soñador que arrastraría adentro del pecho universal muerto, el cadáver de
..............un conductor de pueblos,
con su bastón de mariscal tronchado y echando llamas.

(foto: Pablo de Rokha)

10/21/2007


UN PROBABLE CONSTANTINO CAVAFIS A LOS 19

Esta noche asistirá a tres ceremonias peligrosas
el amor entre hombres
fumar marihuana
y escribir poemas

mañana se levantará pasado el mediodía
tendrá roto los labios
rojos los ojos
y otro papel enemigo

le dolerán los labios de haber besado tanto
y le arderán los ojos como colillas encendidas
y ese poema tampoco expresará su llanto

RAÚL GÓMEZ JATTIN

10/19/2007

Borges y el ultraísmo

Jorge Luis Borges

Ultraísmo

Publicado en Nosotros 151 Buenos Aires (diciembre 1921).

Antes de comenzar la explicación de la novísima estética, conviene desentrañar la hechura del rubenianismo y anecdotismo vigentes, que los poetas ultraístas nos proponemos llevar de calles y abolir. Y no hablo del clasicismo, pues el concepto que de la lírica tuvieron la mayoría de los clásicos -esto es, la urdidura de narraciones versificadas y embanderadas de imágenes, o el sonoro desarrollo dialéctico de cualquier intención ascética o jactancioso rendimiento amatorio- no campe hoy en parte alguna. En lo que al rubenianismo atañe, puedo señala desde ya un hecho significativo. Los iniciales compañeros de gesta de Rubén van despojando su labor de las habituales topificaciones que signan esa tendencia, y realizando aisladamente obras desemejantes. Juan Ramón Jiménez propende así a una suerte de psicologismo confesional y abreviado; Valle-Inclán gesticula su incredulidad jubilosa en versos pirueteros; Lugones se olvida de Laforgue y las metáforas formales para encaminarse a los paisajes sumisos; Pérez de Ayala ensancha en su prosa recia y palpable la. tradición de Quevedo, y el cantor de La tierra de Alvargonzález se ha encastillado en un severo silencio. Ante esa divergencia actual de los comenzadores, cabe empalmar una expresión de Torres Villarroel y decir que, considerado como cosa viviente, capaz de forjar belleza nueva o de espolear entusiasmos, el rubenianismo se halla a las once y tres cuartos de su vida, con las pruebas terminadas para esqueleto. Esto lo afirmo, pese a la numerosidad de monederos falsos del arte que nos imponen aún las oxidadas figuras mitológicas y los desdibujados y lejanos epítetos que prodigara Darío en muchos de sus poemas. La belleza rubeniana es ya una cosa madurada y colmada, semejante a la belleza de un lienzo antiguo, cumplida y eficaz en la limitación de sus métodos y en nuestra aquiescencia al dejarnos herir por sus previstos recursos; pero por eso mismo, es una cosa acabada, concluida, anonadada.
Ya sabemos que manejando palabras crepusculares, apuntaciones de colores y evocaciones versallescas o helénicas, se logran determinados efectos, y es porfía desatinada e inútil seguir haciendo eternamente la prueba.
Por cierto, muchos poetas jóvenes que aseméjanse inicialmente a los ultraístas en su tedio común ante la cerrazón rubeniana, han hecho bando aparte, intentando rejuvenecer la lírica mediante las anécdotas rimadas y el desaliño experto. Me refiero a los sencillistas que tienden a buscar poesía en lo común y corriente, y a tachar de su vocabulario toda palabra prestigiosa. Pero éstos se equivocan también. Desplazar el lenguaje cotidiano hacia la literatura, es un error. Sabido es que en la conversación hilvanamos de cualquier modo los vocablos y distribuimos los guarismos verbales con generosa vaguedad... El miedo a la retórica -miedo justificado y legítimo- empuja a los sencillistas a otra clase de retórica vergonzante, tan postiza y deliberada como la jerigonza académica, o las palabrejas en lunfardo que se desparraman por cualquier obra nacional, para crear el ambiente. Además, hay otro error más grave que su estética. Ni la escritura apresurada y jadeante de algunas fragmentarias percepciones ni los gironcillos autobiográficos arrancados a la totalidad de los estados de conciencia y malamente copiados, merecen ser poesía. Con esa voluntad logrera de aprovechar el menor ápice vital, con esa comezón continua de encuadernar el universo y encajonarlo en una estantería, sólo se llega a un sempiterno espionaje del alma propia, que tal vez resquebraja e histrioniza al hombre que lo ejerce.
¿Qué hacer entonces? El prestigio literario está en baja; los intelectuales temen que los socaliñen con palabras bonitas e inhiben su emotividad ante el menor alarde oratorio; las enumeraciones de Whitman y su compañerismo vehemente nos parecen lejanos, legendarios; los más acérrimos partidarios del susto vocean en balde derrumbamientos y apoteosis. ¿Hacia qué norte emproar la lírica?
El ultraísmo es una de tantas respuestas a la interrogación anterior.
El ultraísmo lo apadrinó inicialmente el gran prosista sevillano Rafael Cansinos-Asséns, y en sus albores no fue más que una voluntad ardentísima de realizar obras noveles e impares, una resolución de incesante sobrepujamiento.
Así lo definió el mismo Cansinos: «El ultraísmo es una voluntad caudalosa que rebasa todo límite escolástico. Es una orientación hacia continuas y reiteradas evoluciones, un propósito de perenne juventud literaria, una anticipada aceptación de todo módulo y de toda idea nuevos. Representa el compromiso de ir avanzando con el tiempo.»
Estas palabras fueron escritas en el otoño de 1918. Hoy, tras dos años de variadísimos experimentos líricos ejecutados por una treintena de poetas en las revistas españolas Cervantes y Grecia -capitaneada esta última por Issac del Vando Villar- podemos precisar y limitar esa anchurosa y precavida declaración del maestro. Esquematizada, la presente actitud del ultraísmo es resumible en los principios que siguen:
1. Reducción de la lírica a su elemento primordial: la metáfora.
2.Tachadura de las frases medianeras, los nexos y los adjetivos inútiles.
3. Abolición de los trebejos ornamentales, el confesionalismo, la circunstanciación, las prédicas y la nebulosidad rebuscada.
4. Síntesis de dos o más imágenes en una, que ensancha de ese modo su facultad de sugerencia.
Los poemas ultraicos constan, pues, de una serie de metáforas, cada una de las cuales tiene sugestividad propia y compendiza una visión inédita de algún fragmento de la vida. La desemejanza raigal que existe entre la poesía vigente y la nuestra es la que sigue: en la primera, el hallazgo lírico se magnifica, se agiganta y se desarrolla; en la segunda, se anota brevemente. ¡Y no creáis que tal procedimiento menoscabe la fuerza emocional! «Más obran quintaesencias que fárragos», dijo el autor del Criticón en sentencia que sería inmejorable abreviatura de la estética ultraísta. La unidad del poema la da el tema común -intencional u objetivo- sobre el cual versan las imágenes definidoras de sus aspectos parciales.

VIAJE

Los astros son espuelas
que hieren los ijares de la noche
En la sombra, el camino claro
es la estela que dejó el Sol
de velas desplegadas
Mi corazón como un albatros
siguió el rumbo del sol

Guillermo Juan

PRIMAVERA

La última nieve sobre tus hombros
oh amada vestida de claro!
.......El último arco-iris
hecho abanico entre tus manos.
Mira:
El hombre que mueve el manubrio
enseña a cantar a los pájaros nuevos
........La primavera es el poema
........de nuestro hermano el jardinero.
Juan Las

EPITALAMIO

Puesto que puedes hablar
no me digas lo que piensas
Tu corazón
.............envuelve
..........................tu carne.
Sobre tu cuerpo desnudo
mi voz cosecha palabras.
Te traigo de Oriente el Sol
para tu anillo de Bodas.
En el hecho que espera
una rosa se desangra.

Heliodoro Puche

CASA VACÍA

Toda la casa está llena de ausencia.
La telaraña del recuerdo
pende de todos los techos.

En la urna de las vitrinas
están presos los ruiseñores del silencio.

Hay preludios dormidos
que esperan la hora del regreso.

El polvo de la sombra
se pega a los vestidos de los muros.
En el reloj parado
se suicidaron los minutos.

Ernesto López-Parra

La lectura de estos poemas demuestra que sólo hay una conformidad tangencial entre el ultraísmo y las demás banderías estéticas de vanguardia. La exasperada retórica y el bodrio dinamista de los poetas de Milán se hallan tan lejos de nosotros como el zumbido verbal, las enrevesadas series silábicas y el terco automatismo de los sonámbulos de Sturm o la prolija baraúnda de los unanimistas franceses...
Además de los nombres ya citados de poetas ultraístas, no hay que olvidar a J. Rivas Panedas, a Humberto Rivas, a Jacobo Sureda, a Juan Larrea, a César A. Comet, a Mauricio Bacarisse y a Eugenio Montes. Entre los escritores que, enviándonos su adhesión, han colaborado en las publicaciones ultraístas, bástame aludir a Ramón Gómez de la Serna, a Ortega y Gasset, a Valle-Inclán, a Juan Ramón Jiménez, a Nicolás Beauduin, a Gabriel Alomar, a Vicente Huidobro y a Maurice Claude.
En el terreno de las revistas, la hoja decenal Ultra reemplaza actualmente a Grecia e irradia desde Madrid las normas ultraicas. En Buenos Aires acaba de lanzarse Prisma, revista mural, fundada por E. González Lanuza, Guillermo Juan y el firmante. De real interés es también el sagaz estudio antológico publicado en el número 23 de Cosmópolis por Guillermo de Torre, brioso polemista, poeta y forjador de neologismos.
Un resumen final. La poesía lírica no ha hecho otra cosa hasta ahora que bambolearse entre la cacería de efectos auditivos o visuales, y el prurito de querer expresar la personalidad de su hacedor. El primero de ambos empeños atañe a la pintura o a la música, y el segundo se asienta en un error psicológico, ya que la personalidad, el yo, es sólo una ancha denominación colectiva que abarca la pluralidad de los estados de conciencia. Cualquier estado nuevo que se agregue a los otros llega a formar parte esencial del yo, y a expresarle: lo mismo lo individual que lo ajeno. Cualquier acontecimiento, cualquier percepción, cualquier idea, nos expresa con igual virtud; vale decir, puede añadirse a nosotros... Superando esa inútil terquedad en fijar verbalmente un yo vagabundo que se transforma en cada instante, el ultraísmo tiende a la meta primicial de toda poesía, esto es, a la transmutación de la realidad palpable del mundo en realidad interior y emocional.